jueves, 1 de octubre de 2009

Políticas oxidadas bajo un sol de primavera


En el día que llegó la primavera, la presentación del libro póstumo del historiador José Ignacio García Hamilton sobre la vida de Juan Domingo Perón dejó de manifiesto que la voz democrática es plural. Aunque en la cálida tarde en el anfiteatro de la Cámara de Diputados, sitio elegido por los familiares para el lanzamiento editorial, hubo dos episodios puntuales que reflejan una manera oxidada de hacer política en la Argentina.
Hombre de una sabiduría enciclopédica, perseverante e inquieto, García Hamilton asumió su banca de diputado nacional por Tucumán tras despojar al alperovichismo de una mayoría absoluta. Pese a la diferencia de color político, el día de la presentación de “Juan Domingo”, despertó la atención la ausencia de ocho de los nueve diputados que representan a la provincia. Solamente Norah Castaldo, reemplazante de García Hamilton, asistió al acto en el subsuelo de la Cámara, en la esquina de Rivadavia y Riobamba. ¿Acaso Germán Alfaro, Stella Maris Córdoba, Alfredo Dato, Beatriz Rojkés, Susana Díaz, Alberto Herrera, Juan Salim y Gerónimo Vargas Aignasse son ajenos a las distinciones que se hicieron a metros de sus despachos sobre un colega tucumano, gran escritor y cultor de la transparencia?
El episodio restante es una herida antigua que aún no cerró. La presentación de “Juan Domingo” fue a sala completa, en su mayoría, familiares, amigos y un marcado gen antiperonista. Desde el público reaccionaron contra los Kirchner y se avivaron recuerdos sobre la feroz dictadura militar de los 70. Pero Mariano Grondona y Marcos Aguinis, invitados especiales de la tarde, ilustraron con dos anécdotas el pensamiento de la sala sobre Perón.
Grondona: “El peronismo es un radio que gira en torno a una figura carismática. Puede reunir a Marxistas y Trotskistas”.
Aguinis: “La ceguera de Borges se había acentuado. Pidió ayuda a un hombre para cruzar la avenida 9 de Julio. Al paso, el escritor susurró pestes sobre Perón. Molesto, el hombre que lo ayudaba le soltó el brazo y Borges quedó nublado en medio de la avenida. Aunque alcanzó a gritar: ´Amigo, no me suelte. Yo soy tan ciego como usted”.

1 comentario:

  1. Nico, qué fuerte la anécdota de Aguinis! Encarna la irracionalidad propia de los mitos, como es la figura de Perón, y sus consecuencias en la Argentina.
    Buen hallazgo!

    Mer

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