viernes, 29 de julio de 2011

La crítica: biografía no autorizada de Alperovich

Por Federico Van Mameren
Suplemento literario de LA GACETA

Malhablado. Billetera sonriente. Bon vivant. Principal financista. Pragmático. Puntilloso con los números. Estadista. Verborrágico. Intolerante. Radical de cepa. Obsesivo al límite. Controlador. Desconfiado. Rico. Productor de soja. Trabajador. Seductor. Empresario. Genuflexo del gobierno nacional. Ajedrecista. Audaz estratega. Comerciante. Despótico. Antirrepublicano. Con estos 24 conceptos, Nicolás Balinotti y José Sbrocco definen a la figura principal de este libro.
El zar tucumano no es sólo una investigación que da vueltas sobre José Alperovich. Nos invita a una lectura que se desenvuelve en tres niveles:
1) La historia del actual gobernador desde que "era un gordo, negro y transpirado" hasta este político rico, desconfiado que maneja todo con plata.
2) El segundo nivel de lectura aparece cuando describen lo que está pasando en Tucumán y que posiblemente no vemos porque nos distraemos con los movimientos del gobernador y, por lo tanto, perdemos de vista la coyuntura de las instituciones. Así, muestran el estrangulamiento a la prensa, la fiscalización de la Justicia, el control y el manejo de la Legislatura. Los dineros en bolsas de residuos o en bolsas de casas de comercio.
3) En último término, los autores dejan traslucir un tercer nivel. Allí desnudan las peripecias que han tenido que hacer para conseguir que algunos personajes hablen y para que otros den la cara.
Estos tres niveles no están expuestos unos separados de los otros. Se van imbricando en el desarrollo del relato. Eso hace que cualquier tipo de lector se quede atrapado, entusiasmado.
Cuando me senté frente al libro pensé que me iba a ser muy aburrido o difícil conectarme con el texto. Los que estamos en contacto permanente con la vida política de los tucumanos nos queda la sensación de que más o menos sabemos lo que está pasando, pero El zar tucumano alterna esos tres niveles como para que nunca nos distraigamos.
Mágicamente, el libro se comunica sin problemas.
Pueden abordarlo aquellos que siguen a diario la vida de esta provincia y conocen los detalles de la historia. Para ellos está reservado el capítulo dos y la descripción de la fortuna que amasa el mandatario provincial. En el primer caso es verdaderamente interesante ver cómo Alperovich se va haciendo político y cómo a su alrededor todo se va entrelazando, de tal manera, que nunca deja de ser trascendental y decisoria su voluntad de ser un hombre público.
Me quedo con el capítulo del libro que se titula "Su vida política". Con picardía, con esfuerzo y con valentía los autores desnudan un Alperovich que, aún para sorpresa de los que creemos conocerlo, resulta ser una persona que vive, toma mate, duerme y sueña con el poder.
El otro lector, el que busca el personaje, la novela, la descripción lineal de lo que le ha ocurrido a Tucumán, tal vez se desilusione. Sin embargo, para él, Balinotti y Sbrocco le dejan reservadas las anécdotas más curiosas y sorprendentes. Es, tal vez, en estas anécdotas inocentes donde los autores cobran fuerza y sus textos se engrandecen y brillan.
Una anécdota simple, pero fuerte, es el relato de cuando Alperovich trató de armar un encuentro con intendentes y sólo van cuatro de los 18 invitados. El todavía precandidato a gobernador está caído y apesadumbrado… Mansilla le miente a LA GACETA que faltaron cuatro en vez de decirle que cuatro eran los que se estaban mirando la cara. Al otro día, el padre de Alperovich le pregunta como están las cosas y Alperovich le contesta:
-Miranda me va a traicionar.
-Entonces, ¿qué nos queda?, le pregunta el padre.
-No, papá, hace falta poner mucha guita.
-Eso no es problema. Vos decime si vas salir elegido o no.

Corrupción y política
Hace muy poco me encontré viendo por televisión un programa de entrevistas de Jesús Quinteros en la que este gallego genial le preguntaba a un rockero: "¿cuánto le debe la música a la droga?". Ya se imaginarán los balbuceos que salieron del interlocutor. En el acto se me dibujó en mi cabeza la siguiente incógnita: ¿cuánto le debe la corrupción a la política?
Leyendo El zar tucumano volvió a aparecer la pregunta. En el libro hay un capítulo en el que se desarrolla cómo vino funcionando el sistema de adjudicación de obras públicas. La aplicación de cotejos de precios y de licitaciones. Los sobreprecios y las negociaciones, no de los costos, sino de las comisiones que se debían pagar. Da escalofríos ver no sólo el comportamiento de hombres del poder sino la actitud de los empresarios de la construcción. Es imperdible el reportaje que se hace al titular de Viviendas de la Provincia, Gustavo Durán. Es preocupante el desembarco de algún funcionario nacional y son alarmantes las bolsas de residuos llenas de dinero.
Una persona, una vez, me preguntó: pero Alperovich, ¿es corrupto o no? El libro acerca una respuesta. No implica al gobernador en nada. Sí advierte cómo sus familiares y sus empresas se vieron favorecidos. En definitiva, describe un sistema que, así como la droga le deja crear a la música, este le permite hacer a la política.
En periodismo decimos que cuando se hace una denuncia en una investigación no se puede tirar perdigones para todos lados. O los disparos son certeros o no se hacen. Hay tres hechos descriptos en el libro que conducen a una meta inequívoca: 1) cuando Beatriz Rojkés reúne a sus hijos para decirles que el papá se va a meter en política y, por lo tanto, se va a hablar mal de él; 2) los episodios que describen sucesos que golpearon duro la imagen de Alperovich y que la Justicia no profundizó, y 3) las comisiones que se denuncian en el manejo de las obras públicas.

Explicaciones
Para los lectores que no terminan de entender cómo se ordena la política tucumana en la que se entrelazan el bussismo y el kirchnerismo, los autores les dan explicaciones sobre cómo funciona y de cómo empezó cuando Bussi lo llamaba "Pepe".
Les dan explicaciones sobre su relación familiar y de los negocios de su entorno.
Les dan explicaciones sobre la intervención del ministro de Gobierno en la Justicia penal.
Les dan explicaciones sobre el pragmatismo de Alperovich.

viernes, 22 de julio de 2011

Cuáles son las trabas para vender "El zar"

A 18 días de la presentación del libro José Alperovich. El zar tucumano, el personaje del libro hizo referencia a la investigación periodística editada por Dunken. "Son unos mentirosos, jamás me preocupo por eso. Que vendan el libro donde quieran. Yo cuido la democracia como hecho, no solamente como palabra", dijo el gobernador, en diálogo con periodistas que cubrían su recorrida matinal.
Desde diversos medios de comunicación tomaron nota de las restricciones para comercializar el libro. Hasta este momento habíamos preservado a las librerías, pero vamos a dar a conocer públicamente todas las restricciones que sufrió la venta de "El Zar tucumano".
Un empleado de la librería Los Primos, ubicada en la calle Muñecas 288, reconoció que sufrió presiones por la venta de la obra. "Te van a inspeccionar todo", le advirtieron. Ante esa presión, el encargado me dijo: "Lo vamos a vender, pero con bajo perfil. No lo vamos a exhibir en la vidriera".
Lo siguió vendiendo unos días más, y de pronto no solicitó más ejemplares. Lo fui a visitar y me dijo: "Tuve 24 inspecciones. No puedo arriesgar la fuente de trabajo de seis personas por un libro". Su sentencia fue tajante.
A la librería El Griego, en Muñecas 287, lo fui a visitar tres veces. La última, me pidió un remito de la editorial Dunken para recibir los ejemplares. Conseguido ese trámite, el lunes 18 de julio le dejé 24 libros. A amigos que me preguntaban dónde vendían el libro, los envié a esa librería. Misteriosamente, me llamaron unas horas más tardes para advertirme que no quedaban más libros allí. Fui el miércoles 20 de julio a ver cómo iba la venta y para saber si necesitaban más ejemplares. "La venta va bien", me dijo el dueño, sin mirarme a la cara. Le consulté si tenía más ejemplares y me respondió que sí. Entonces, le comenté que había mandado a unos amigos a comprarlo ahí y que no se lo habían querido vender.
"Yo no quiero comisarios políticos. Tengo 40 años de librero, nadie me va a decir a quién le vendo y a quién no; ni donde tengo que exhibir los ejemplares. Sé quiénes son tus amigos, por eso no le quise vender", reconoció.
Entonces, le respondí: "Para qué me hacés venir cuatro veces si no vas a vender los libros. Me hubieses dicho de entrada y no perdía tiempo", le dije.
Se enfureció.
A la noche mandé a retirar los libros que le habían quedado. Retiré los 24 que había dejado inicialmente. No había vendido ni uno a pesar de las decenas de clientes que pidieron un ejemplar de "El zar".
Lo más grave, tal vez, fue lo de la distribuidora Rómulo Guzmán, que comercializa las revistas Noticias, Caras y Gente en la provincia. Me habían prometido distribuir el libro en 100 puntos de ventas entre Tucumán y Salta. Al día siguiente fui a dejar los ejemplares, 72 en total, y la promesa de dejar más entre lunes y martes para continuar con la entrega. Hasta se había acordado la división del porcentajes de las ganancias: el 30 por ciento era para el canillita, el 10 por ciento para la distribuidora y el 60 por ciento restante para los autores, José Sbrocco y Nicolás Balinotti.
Lo llamativo fue que a las dos horas llamó Fernando Torres para decirme que vaya a buscar los libros, que no los iban a poder distribuir "porque habían apretado al dueño", que en ese momento estaba en Paraguay.
Cuando fui a retirar los libros, el encargado de la distribución lamentó la medida porque tenía muchos pedidos y que iba a necesitar pronto que le restituyera más ejemplares. "Ni en la dictadura nos prohibieron repartir algo", me dijo otro empleado que veía cómo me entregaban los libros.
La editorial Dunken, como hace con todos sus producciones, también ofreció a las librerías tucumanas "El Zar" y los comercios eligieron no venderlo debido a las presiones oficiales.

Las trabas a los quioscos
No sólo las librerías y la distribuidora Rómulo Guzmán fueron víctimas de persecuciones oficiales. También la sufrieron los quioscos de diarios y revistas. En la puerta de la Gran Vía se vendía el libro con total éxito, hasta que de repente dejó de solicitar los ejemplares, cuando la comisión que quedaba para el canillita superaba ampliamente la media del mercado: 40 por ciento. "Tengo miedo que me levanten el quiosco", me dijo antes de devolverme 10 ejemplares que había escondido en un placard del local Beige, en San Martín al 600.
Otros canillitas también se negaron a recibir los libros por temores oficiales, como el que está ubicado en el Shopping del Portal, en Yerba Buena. Había vendido 12 ejemplares en un solo día. "Vienieron los enviados de José, me dijo, y me preguntaron cómo estaba inscripto en ganancias, sobre los pagos de monotributo. Prefiero dejar de venderlo", me dijo anoche Dócile, el titular del puesto.
Un caso similar vivió el kiosco Polito, también en Yerba Buena. "Vino un hombre y me dijo que no podía vender el libro porque estaba prohibido por el gobierno. Entonces, le dije que ´quién era para prohibirme vender el libro´ y me amenazó con clausurarme el local. Hice una llamada telefónica y le pasé el tubo. Al rato se fue sin decir ni siquiera chau".
En sus palabras, el gobernador no desmintió ni una línea del contenido del libro, sino que refutó la información sobre las restricciones a las ventas. Queda claro, con este post publicado en el blog, cuáles son las restricciones, con nombres y apellidos.
Otra situación incómoda es el silencio de los diarios tucumanos sobre esta situación. Como publicamos en otro post, La Nación, Clarín y Perfil se hicieron eco de lo expuesto por el diputado nacional por Tucumán Juan Casañas (UCR) y ningún diario tucumano lo hizo. Lamentable.

José Ignacio Sbrocco

jueves, 21 de julio de 2011

La censura al Zar tucumano, en los medios

La restricción a la venta en Tucumán de la obra periodística "José Alperovich. El zar tucumano" tuvo repercusión en los principales medios del país.

El diario La Nación: Presión de Alperovich

El semanario Perfil, en su edición digital: Denuncian censura de un libro sobre la vida del gobernador Alperovich

El diario Clarín: Peleas por el libro sobre Alperovich

El libro, editado por Dunken, se puede conseguir en Tucumán en la librería El Quijote (San Lorenzo 699). En Buenos Aires se puede adquirir en Ayacucho 357 (esquina Corrientes).


Contacto: jsbrocco@gmail.com y nbalinotti@lanacion.com.ar

viernes, 15 de julio de 2011

Más restricciones a la distribución de "El Zar"


Después de restringir la venta del libro “El zar tucumano” en algunas librerías, el gobierno de José Alperovich frenó la distribución de ejemplares que iban a ser entregados en kioscos de diarios por la agencia Rómulo Guzmán, la misma firma que reparte las revistas Noticas y Caras en la provincia.
La distribuidora había acordado con los autores del libro el reparto de 150 ejemplares en Tucumán y Salta. Incluso, hasta se había acordado la división de ganancias: 30 por ciento para el canillita, 10 para la agencia y un 60 para los autores. Sin embargo, a un día de iniciar la distribución, Fernando Torres, de la agencia Rómulo Guzmán, comunicó: “No distribuiremos el libro porque recibimos presiones del gobierno”.
La restricción en las ventas y en la distribución del libro “José Alperovich. El zar tucumano” sirve como botón de muestra del poder del gobernador para tener a la provincia en un puño.
La obra periodística, una suerte de biografía política de Alperovich, no se comercializa en todas las librerías tucumanas debido a presiones oficiales, según comentaron algunos empresarios del sector.
Desde la Dirección de Rentas enviaron mensajes de advertencias a las librerías en caso de exhibir “El zar tucumano” en sus vidrieras. Así lo reconoció el propietario de un importante comercio del centro tucumano. Las advertencias del organismo que preside Pablo Clavarino se habrían extendido a otras librerías.
El vocero de Alperovich, Ignacio Golobisky, rechazó tajantemente cualquier responsabilidad del Gobierno con las restricciones que está sufriendo la publicación. “El Gobierno no le puede imponer qué libro vender a las librerías. No tenemos absolutamente nada que ver”, explicó Golobisky tras la consulta de los autores, los periodistas José Sbrocco y Nicolás Balinotti.
En La Feria del Libro, “El zar tucumano” comenzó a venderse con buen ritmo tras su lanzamiento, pero el dueño del comercio decidió no comercializarlo más. “Tiene un tufillo antisemita”, se justificó Mario Kostzer.
A pesar de las restricciones, “El zar tucumano”, editado por Dunken, se puede adquirir en las librerías Los Primos (Muñecas 288) y en El Quijote (San Lorenzo 699); El Griego (Muñecas 287), y en diferentes kioscos de diarios y revistas de San Miguel de Tucumán.
También se lo puede comprar en Buenos Aires en Ayacucho 357 (esquina Corrientes).

lunes, 11 de julio de 2011

Restricciones para la venta de El Zar tucumano


La restricción en las ventas y en la distribución del libro “José Alperovich. El zar tucumano” sirve como botón de muestra del poder del gobernador para tener a la provincia en un puño.

La obra periodística, una suerte de biografía política de Alperovich, no se comercializa en todas las librerías tucumanas debido a presiones oficiales, según comentaron algunos empresarios del sector.

Desde la Dirección de Rentas enviaron mensajes de advertencias a las librerías en caso de exhibir “El zar tucumano” en sus vidrieras. Así lo reconoció el propietario de un importante comercio del centro tucumano. Las advertencias del organismo que preside Pablo Clavarino se habrían extendido a otras librerías.

El vocero de Alperovich, Ignacio Golobisky, rechazó tajantemente cualquier responsabilidad del Gobierno con las restricciones que está sufriendo la publicación. “El Gobierno no le puede imponer qué libro vender a las librerías. No tenemos absolutamente nada que ver”, explicó Golobisky tras la consulta de los autores, los periodistas José Sbrocco y Nicolás Balinotti.

En La Feria del Libro, “El zar tucumano” comenzó a venderse con buen ritmo tras su lanzamiento, pero el dueño del comercio decidió no comercializarlo más. “Tiene un tufillo antisemita”, se justificó Mario Kostzer.

A pesar de las restricciones, “El zar tucumano”, editado por Dunken, se puede adquirir en las librerías Los Primos (Muñecas 288) y en El Quijote (San Lorenzo 699) y en diferentes kioscos de diarios y revistas de San Miguel de Tucumán.

También se lo puede comprar en Buenos Aires en Ayacucho 357 (esquina Corrientes) o solicitarlo vía e-mail a nbalinotti@lanacion.com.ar o jsbrocco@gmail.com
Por temor a nuevas advertencias del Gobierno, algunas librerías pidieron no ser incluidas en los listados públicos que se divulgan por internet con los puntos de venta de “El zar tucumano”.

jueves, 7 de julio de 2011

El Zar tucumano, en los medios


Una obra que "echa luz" sobre el alperovichismo. Así, tituló LA GACETA

Lo resumen como un caballo que va ganando terreno a puro galope. Pero en ámbitos que no le competen: la obra pública, la Justicia o la Legislatura. A criterio de los periodistas José Ignacio Sbrocco y Nicolás Balinotti, "El Zar Tucumano, la historia oculta del hombre que tiene a la provincia en un puño", desgaja la personalidad obsesiva, ambiciosa y hasta desfachatada del gobernador, José Alperovich.

Anoche, Balinotti y Sbrocco, periodista y colaborador del diario La Nación, respectivamente, presentaron una biografía no autorizada del mandatario tucumano (el secretario de Redacción de LA GACETA, Federico van Mameren, expuso sobre la obra en un auditorio del hotel Carlos V). Al trabajo dedicaron un derrotero que incluyó más de 100 entrevistas, tres años de investigación y algunos sobresaltos. "Me sorprendió el temor que generó la publicación: entrevistados que aceptaron hablar sólo en Buenos Aires, o muchos que optaron por el off the record. Eso habla del poder casi feudal que diseñó Alperovich", ejemplificó Balinotti.

Según Sbrocco, el texto da cuenta del caudillismo impuesto por Alperovich para administrar, a su antojo, la Provincia. "Es un retrato que revela algunos de sus rasgos distintivos, como los diálogos con su empleada doméstica o las reuniones de gabinete en jogging. Y el reconocimiento de muchos entrevistados sobre cómo creció el patrimonio del gobernador", reseñó.

También se publicó la siguiente nota en el diario LA NACION

Poder y caudillismo, los ejes de El Zar tucumano

Los periodistas Nicolás Balinotti y José Sbrocco presentaron anteanoche en San Miguel de Tucumán el libro José Alperovich. El zar tucumano, una investigación que retrata el caudillismo como estilo de gobierno en el país y que toma como muestra el caso de esa provincia y de su gobernador.

El trabajo -editado por Dunken- llevó más de tres años de producción y más de 100 entrevistas; se relata allí cómo Alperovich construyó su poder y llegó a tener la provincia en un puño. Alperovich es hoy uno de los principales caudillos del interior, que surgió del radicalismo y pactó con Bussi, pasó al peronismo y se convirtió luego en un referente clave del kirchnerismo.

"Me sorprendió el temor que generó la publicación: entrevistados que aceptaron hablar sólo en Buenos Aires, o muchos que optaron por el off the record . Eso habla del poder casi feudal que diseñó Alperovich", ejemplificó Balinotti, redactor de La Nacion, durante la presentación del libro en un hotel céntrico de Tucumán.

Según Sbrocco (colaborador de La Nacion en Tucumán), el texto revela algunos de los rasgos distintivos del gobernador, desde su particular forma de ejercer el poder hasta las sospechas sobre su patrimonio.

PUNTOS DE VENTA DEL LIBRO: www.zartucumano.blogspot.com