jueves, 17 de septiembre de 2009

San Miguel de Tucumán, agosto de 1976

Por María Teresa Sarrulle

Los vasos de whisky han quedado sobre la mesa ratona del living. Hay olor a tabaco fuerte. Noche de invierno.
Al día siguiente, la mucama abre las ventanas y el aire frío penetra furtivo llevándose las conversaciones cómplices y las risas secretas; los vasos testigos esperan su turno. Las manos de la mucama, siegan toda huella de intriga o maniobra. Cómplices, los vasos vuelven derechito a sus lugares en la vitrina en un reservado silencio.

1 comentario:

  1. Hablan tus textos y ya el silencio se va apagando. Ese silencio dejará de ser para volcarse en textos que son silencios sinceros.
    No a los silenciosos hipócritas.
    Me gustó.

    ResponderEliminar