Los vasos de whisky han quedado sobre la mesa ratona del living. Hay olor a tabaco fuerte. Noche de invierno.
Al día siguiente, la mucama abre las ventanas y el aire frío penetra furtivo llevándose las conversaciones cómplices y las risas secretas; los vasos testigos esperan su turno. Las manos de la mucama, siegan toda huella de intriga o maniobra. Cómplices, los vasos vuelven derechito a sus lugares en la vitrina en un reservado silencio.
Al día siguiente, la mucama abre las ventanas y el aire frío penetra furtivo llevándose las conversaciones cómplices y las risas secretas; los vasos testigos esperan su turno. Las manos de la mucama, siegan toda huella de intriga o maniobra. Cómplices, los vasos vuelven derechito a sus lugares en la vitrina en un reservado silencio.
Hablan tus textos y ya el silencio se va apagando. Ese silencio dejará de ser para volcarse en textos que son silencios sinceros.
ResponderEliminarNo a los silenciosos hipócritas.
Me gustó.