miércoles, 1 de julio de 2009

El ocaso de una política oxidada


Con la vista nublada por el temor al avance inminente de la gripe A, o aún con los resultados electorales bajo exhaustivo análisis, no habría que pasar por inadvertido la derrota de Fuerza Republicana en los comicios de Tucumán.
El partido político de Antonio Bussi, que llevó como primer candidato a su hijo Ricardo, ocupó el cuarto lugar con apenas el 7 por ciento de los votos. Las estadísticas son irrefutables: es el ocaso de una política oxidada. Cada vez hay menos tucumanos que se reflejan en el cruel espejo de Fuerza Republicana, como alguna vez se escribió en el diario Clarín. El juzgamiento de Antonio Bussi fue un gran paso hacia la civilización. Se recordarán aquellas lágrimas del ex gobernador vestidas de impunidad, previas a la caída sigilosa del martillo y a esa brisa fresca de justicia que recién ahora sopla con mayor intensidad. En Tucumán, la gente desea mirar para adelante. Nunca más Bussi. Ni zurdos, ni derechos, tampoco progres: humanos.

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